Hasta San Antón, Pascuas son

Aún quedan Papás Noeles trepando por la escalerita de luces colgados de los balcones, gorros luminosos encima de letras de rascacielos murcianos, estrellas de navidad sobre fachadas de empresas... y aún me queda contaros mi resumen navideño, aunque quizá a muchos no os interese lo más mínimo, pero, parafraseando a los que antes vinieron: "el blog es mío y me lo follo cuando quiero".

Las fiestas (que no vacaciones), comenzaron así:

Con una guardia infame, empalmé casi 13 días de trabajo continuo...

Por sorpresa, adelantándose a todo lo previsto y programado, Ruy, nuestro pequeño Cid, dijo de salir al mundo el día 24, robándole protagonismo a toda celebración posterior:

Mi sobrino Ruy, yo soy su tía postiza. Es lo más precioso que he tenido nunca en mis brazos.

El 25 de Diciembre, la virgen pasó por mi puerta y se rezó en memoria de los que nos dejaron:

La patrona de mi pueblo, la Virgen del Paso.

Precisamente el día 25 comencé con un estado febril que me indujo a meterme en la cama, bajar la persiana y apagar la luz, para dormitar el dolor y la fiebre sin más ganas de que pasara el tiempo.

El día 26, elegido para descansa, lo pasé en casa todo el día de la cama al sofá y del sofá a la cama, aunque sin fiebre y con las ganas de marcharme a Albox al día siguiente, a degustar unas hermosas migas albojenses:

Migas albojenses en un cortijo bien hermoso. No se ve, pero había un fuego que era una delicia, todo gracias a mi querido Terciopelo Azul y su familia y a mi querida AR del Desierto.

De nuevo comenzamos la semana con trabajo acumulado y juicios pendientes, mientras preparamos una Nochevieja en compañía de los mejores amigos del mundo, si bien sólo puedo enseñar una foto (el resto son altamente censurables):

Ese escote que se intuye es de una fresca que vino a quitarnos protagonismo a las solteras murcianas, vestida con medias espectaculares y un abriguito "vintage" muy apañao...

Y se volvió a trabajar el día 2, el 3, el 4, el 5, el 6, el 7, el 8 y el 9 de Enero.

El día 10 trajo un encuentro muy esperado y que por pura desidia dejamos pasar desde hace años, una cena con todos mis primos maternos, donde acabamos brindando por mi abuela, la Roja y contándonos anécdotas sobre nuestras antiguas reuniones familiares. Fue la presentación en sociedad de la novia de mi hermano, que es una chica muy maja y que no sabe bien dónde se mete... La noche terminó bailando en un lugar del todo raro, raro, raro, pero muy divertido, no os digo más que la pista parecía mismamente ésta:

Y vaya bailes que se pegaban algunos de los asistentes...

Y es que estábamos rodeados de cincuentones de la edad de nuestros padres, pero la música que nos pusieron y la buena marcha que llevábamos hizo que nos lo pasáramos de miedo. Probablemente sea el lugar elegido para una despedida de soltera...

Para terminar, este día de San Antón yo vuelvo con mis clases de capacitación para transportistas, a mis semanas laborales de 6 días y a romperle horas al sueño para poder trabajar.

Se avecinan cambios interesantes en el ámbito laboral y, quizá, en el personal. Es sólo cuestión de tiempo.