miércoles, 3 de diciembre de 2008

Hospitalizados

Siguiendo la tónica de los últimos meses, mi abuela vuelve a estar hospitalizada, tiene infección de orina, insuficiencia respiratoria y cardíaca y los ojos como platos atenta a todo lo que ocurre a su alrededor, porque se da cuenta de que nos está dejando, que se va y no quiere perder detalle de nada.

Como ya dije, se avecinan unas fiestas raras, ahora más que nunca, porque me temo que las pasaremos como las del año pasado (cuando estaban hospitalizadas mi abuela y mi tía, que falleció el 28 de Diciembre), en el hospital haciendo horas, intentando que esté lo más arropada posible.

A ratos me vienen unas ganas de llorar enormes, que creo que no voy a poder contenerme y da igual donde esté, en casa, en el autobús o por la calle y es que no puedo aguantar ver como está sufriendo, como lo está pasando de mal, sintiendo que no puede respirar, que no le llega el aire. Y me acuerdo de mi tía, cuya última imagen que tengo de ella es horrible, con una traqueotomía en el cuello, con las manos hinchadas, la cara deformada y la piel seca.

Todos deberíamos morir de golpe, de repente, sin saber nada, sin sentir nada, sólo morirnos y nada más.

5 comentarios:

MM de planetamurciano.tk dijo...

Lo siento; las Navidades así son un puto rollo y al final uno no se consigue kitar ese regustillo amargo para el resto de Navidades de su vida.

vainilla dijo...

Así es. Nada más injusto que morir con dolor y sufrimiento. Lo viví con mi padre y otros familiares y sé muy bien de lo que hablas. Lo lamento. Te mando mucha fuerza y valor. Mil besos.

hm dijo...

Un abrazo... muy fuerte.

Unknown dijo...

Morir bien es como lo hizo Cary grant, antes de una función de teatro con mucho éxito, sintiendose mal un momento y muriendo a las pocas horas. Sin agonias, sin hospitales y en plenas facultades. Un abrazo.

Unknown dijo...

Siento lo de tu abuelita, Un beso muy fuerte.