miércoles, 16 de septiembre de 2009

Mi primer mito erótico

Porque se merece un homenaje, porque ha sido el gran mito erótico de tantas y tantas treinteañeras (y treintañeros), porque estuvo genial en "Dirty Dancing", porque nos encantó en "Ghost", porque sacó su lado malo en "Le llaman Bodhi", porque nos hizo llorar en "La ciudad de la alegría" y porque hasta se puso tacones y vistió de reina en "A Won Foo: gracias por todo, Julie Newmar".

Patrick Swayze quizá no fuera el mejor actor de Hollywood, quizá no haya ganado nunca premios importantes, pero sólo y exclusivamente por este baile, se merece estar en el Olimpo de las Estrellas.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Encuentros

Anteayer iba paseando con mi CdA cuando me crucé por el Mercado Medieval de Los Huertos del Malecón con alguien con el que compartí más de una confidencia durante una etapa de mi vida. Esa persona hizo como que no me había visto, pero cariño, yo soy una auténtica lagarta y pocas cosas se escapan a mi percepción.

De manera lenta y paulatina me fui dando cuenta de lo perjudicial que era esa persona para mi, de lo malignos de sus comentarios y de la mala baba que se gastaba. Todo ello se acentuó cuando su vida amorosa cambió y su pareja entró en acción: ya nada de lo que había aquí era bueno para ella, nada tenía la suficiente calidad como para molestarse en salir, en alternar, etc. A ver, reconozco que Murcia city no es la milla de oro madrileña, pero tiene sus encantos, sus rincones bonitos, sus lugares con embrujo y, si se sabe visitar, puede ser una ciudad agradable (¿a que sí, Mr. Celofán?). Así que puedo decir que respiré aliviada cuando esa persona fue saliendo de mi vida.

De ella sólo me queda el recuerdo de su cara y poco más. Porque ni siquiera hay momentos constructivos, sólo fútiles y banales. Y la vida es algo más que banalidad, algo más que camisetas en un armario o converses en sus cajas.

En fin, que todo esto no es nada más que para decir eso de "cómo hemos cambiado"... afortunadamente para mi, claro.


viernes, 11 de septiembre de 2009

Malditoz roedorez 2

Como temíamos, hay más de una rata. Ayer, al limpiar el trastero de la terraza, salió una pitando en dirección al tejado de la casa (tengo terraza y tejado, mi casa es muy guay) y se escondió en el cielo raso (el sitio entre el tejado y la escayola-techo).

Esta noche ha estado durmiendo-haciendo ruido-jodiendo la marrana encima de mi cabeza. O sea, que la tengo habitando justo en el cielo raso de mi habitación. Que ya es coincidencia, joder.

Gracias por el consejo de que tengamos gato. Pero soy terriblemente alérgica a su pelo, así que tengo dos opciones: utilizar todo el veneno del mundo para aniquilar a la plaga rateril o utilizar gato y morirme por ello, porque es tener un gato cerca y tardar 0.5 segundos en ponerme a moquear, a llorar y, si pasa más tiempo, a respirar con dificultad.

Todo esto es culpa del lugar idílico donde vivo: al laíco de la huerta. Detrás de mi casa no hay construcción, hay un bonito y enorme terreno donde las hierbas campan a sus anchas, donde los animalillos hacen nidillos de amor y crían, entre otras cosas, bonicas culebras huertanas y ratas. El pasado domingo se incendió otro de esos huertos llenos de maleza y malas hierbas y las ratas huyeron despavoridas a otros huertos. El de la ferretería dice que ha vendido en 2 días todos los artículos anti-ratas que tenía en la tienda y que ha tenido que ir al almacén a por más, porque esto ya pasa de lo normal.

Mientras tanto, el alcalde pedáneo dice que esos huertos no son públicos, son privados...

jueves, 10 de septiembre de 2009

Malditoz roedorez

Ya dije yo en Julio que teníamos visitantes en el cielo raso del techo de mi casa. Mi hermana comenzó a decir en Agosto, cuando se quedó sola por culpa de su trabajo, que aquéllo era muy ruidoso para ser un simple ratón: o que era muy grande o que eran más de uno.

Cuando llegaron mis padres de la playa y yo del viaje, encontramos restos de cagadas de roedor en una ventana. Y faltaba una pastilla de jabón, se habían comido una cabeza de ajos del cesto y habían roído unas zapatillas verdes de mi madre.

El lunes pasado mi madre salió al patio de mi casa, que es particular, cuando llueve se moja como los demás, pero sólo una parte, porque tiene otra parte techada y con un enorme armario de aluminio y cristal esmerilado empotrado, que nos sirve de despensa. Pues eso, que salió y la vio. Una rata enorme, saliendo del armario y dejando tras de sí un rastro de arroz. El grito que pegó en plan "¡una rata!" fue oído en varios kilómetros a la redonda y acudimos todos a ver, desde la ventana de la cocina, qué había pasado. Sólo el valiente de mi padre salió al patio, pero poco se pudo hacer: había escapado impunemente.

Puestos al habla con otros vecinos, confirmaron lo que ya sospechábamos: la rata campaba a sus anchas entre los distintos patios de vecinos, moviéndose entre unos y otros a través del tejado, hizo nido en varios cielos rasos de mi calle, puesto que se colaba bajo las tejas y se colocaba encima de la escayola. Se comía todo tipo de alimento/basura que quedara a su alcance, roía todo lo que caía en su boca y se cagó y meó donde le dio la gana.

En concreto, cuando mis padres empezaron a limpiar las diversas bolsas y cajas que tenemos encima del armario del patio, mi madre apreció que la linda ratita se había comido una de mis muñecas (estaban guardadas en una bolsa de viaje que no utilizamos, porque ya soy mayor y no juego con muñecas, pero no quería tirarlas). Se había meado en ella, le había comido una mano, un trozo del vestido y, encima, fue a cagarse en mi moisés de madera, que lo guardaba yo para cuando tuviera una niña y dárselo a jugar. También se ha comido parte de una manta vieja y el nuevo guante de golf de mi padre, que pensaba que lo había perdido.

Esta mañana, al salir a comprar el pan, la vecina de al lado nos ha dicho que la rata cayó ayer en una ratonera en su terraza. Que era más grande de lo que pensaban y que tenía unos pelos y una cola realmente asquerosos. Pero que no hagamos mucho por quitar las trampas y venenos, porque puede haber más. Que como sea hembra, le ha dado tiempo a engordar a varias crías con todo lo que se ha llevado.

A ver quién coño duerme ahora tranquila pensando que puedo tener un nido de ratas encima de mi dormitorio...

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Resumen de vacaciones (2ª parte)

En esto de que después de la fiesta sorpresa-cumpleañera-ibicenca me fui a pasar el finde con mi chico a su casa, ya que estaba de guardia y no podía salir de su pueblo (tiene un trabajo extraño y unas guardias más extrañas aún). Apenas pudimos alternar ni hacer nada, ya que se tiró casi todo el tiempo enganchado al teléfono y gritando y despotricando contra Micaela (que lo llamaba cada tres por dos y con la que empecé a mosquearme un rato). Pero tuvimos nuestros minutos para planear las vacaciones juntos y así hicimos: en la primera semana together pintaríamos su casa y en la segunda nos iríamos a Teruel.

Pero como todo eso pasaría en la segunda quincena de Agosto, yo decidí marcharme a la casa de la playa de mis padres a pasar unos días de relax total. Y así fue o así se intentó.

Mis actividades básicamente se centraron en torno a dormir, comer, bañarme en la playa, leer, jugar a las cartas, salir a andar a diario a ritmo rápido... y así sucesivamente. Ni una salida nocturna más allá de las 10, ni alternar con nadie ajeno a la familia, nada de nada. Me puse un poco morenita, me bañé mucho en la playa, leí varios libros y disfruté de familia.

CdA vino los dos fines de semana siguientes a verme.

En el primero cogimos el coche y nos fuimos a a ver Castillitos, una batería militar que hay en Cabo Tiñoso y que le sorprendió mucho, también nos llevamos los bocatas y nos bañamos y merendamos en la Playa del Mojón, con un agua cristalina y una paz increíble. Por la noche salimos a tomar un helado con la familia y luego, de vuelta a casa. Al día siguiente, más playa y, por la tarde, la cafetería de El Faro y sus increíbles vistas.

El segundo fin de semana fue también diferente, porque llegó algo tarde y decidimos probar suerte en un pequeño restaurante francés del puerto: cenamos crêpes deliciosos a la luz de una vela y con el sonido del mar de fondo. Al día siguiente, unos amigos suyos se acercaron a la playa y los llevamos a una cala maravillosa de aguas transaparentes, pero de difícil acceso, lo que hacía que estuviese casi vacía (hasta que llegaron un grupo de adolescentes aventureros a través de las rocas y salieron del agua a la playa y no al revés, que hubiera sido lo normal). Ese mismo día, por la tarde, pusimos rumbo a su casa y comenzamos la tercera parte de las vacaciones, pero os lo explicaré otro día...

lunes, 7 de septiembre de 2009

Resumen de vacaciones (1ª parte)

Como era de esperar, la vuelta al trabajo está siendo más dura de lo que esperaba. No es porque tenga depresión post-vacacional (que podría, viendo las vacaciones tan estupendas que he tenido), sino por todo lo que ha venido en apenas 5 días, mucho follón y muchos imprevistos. Pero bueno, os cuento la primera parte de mis vacaciones, el resto, en cómodas entregas.

El día 31 de Julio por la mañana eché el cierre al despacho. Quité la conexión del fax (para no recibir sorpresas inesperadas), dejé los bambués con agua en la cocina (para que tuvieran luz suficiente) y ordené el despacho en cómodos montones de trabajo pendiente (para Septiembre). Esa noche teníamos fiesta de cumpleaños-sorpresa-ibicenca y había que prepararlo todo.

Tras una mañana de llamadas incesantes terminando de perfilar el regalo a comprar para nuestro homenajado, quedé con la Pastora de los Dragones en ir a Decathlón a por la bici que le íbamos a regalar. Como éramos muchos, no había problema en rascarnos un poco el bolsillo y aportar una cantidad generosa en dicho regalo, sobre todo porque el zagal se lo merecía. Miramos, probamos y compramos. Pero a la hora de meter el susodicho regalo en el coche, aquello no cabía, ni por activa ni por pasiva. Por lo tanto, tras numerosos esfuerzos, mi amiga decidió irse a casa montada en la bici y que yo me llevara su coche. Pues dicho y hecho.

Llego a la casa en la que habíamos quedado para la celebración, que iba a ser sorpresa y poco a poco fueron llegando los invitados. Todos llevamos algo para cenar y aquello era como si fuéramos a hacer una degustación gastronómica (como siempre, of course). Con la confianza que nos dan los años, el dueño del chalé nos dijo que hiciéramos lo que quisiéramos en la cocina, que él se iba a recoger su bici al centro, que estaba mal aparcada (jejeje).

El entorno se preparó adecuadamente con guirnaldas de luces, con globos y otros accesorios de cumpleaños. Hay que resaltar que quedó espectacular la iluminación, obra y gracia del Sr. Skyzos, que para eso tiene mucho arte.

En esto de que nos avisan de que están cerca del chalé el homenajeado y su amigo el gancho y nos preparamos. Al llamar, el anfitrión, le dice a nuestro amigo que pase a la terraza, que le va a enseñar la nueva mesa que ha comprado. A todo esto, nosotros gritamos "¡Sorpresa!" cuando lo vemos aparecer y le cantamos el cumpleaños feliz.

Nuestro amigo se emociona y casi llora, no esperaba algo así, sobre todo porque su cumple fue el día anterior y nosotros no le dijimos nada. Cenamos, bebimos, disfrutamos del momento y, cuando sacamos la tarta, sacamos también el regalo. Es en ese momento cuando a mi amigo casi le da un pasmo, no se cree que tenga una bici como regalo de cumpleaños, no para de repetir que eso es un regalo muy caro, pero nosotros le decimos que somos muchos para regalar y que se lo merece.

El final de la fiesta merece un punto y aparte. Creo que con las fotos, será suficiente...

Sofá
En el sofá de la terraza

Posando a lo Pataki
Posando a lo Pataki

Posando a lo Beckham
Posando a lo Beckham

lunes, 31 de agosto de 2009

De vuelta de vacaciones

Vuelvo con las pilas cargadas después de 15 días en la playa y 15 días en compañía de mi CdA, primero en su casa y luego de viaje rural a ver verde.

Vuelvo y me encuentro con dos entierros de dos hombres muy cercanos, un tío-abuelo y un vecino.

Vuelvo y comienzo el trabajo con un juicio inesperado de un amigo al que quiero y aprecio y que se ha visto obligado a denunciar a una ex-pareja para poner punto y final a un acoso de meses.

Vuelvo y parece que todo sigue igual.

Prometo fotos del viaje, que ha sido genial y espectacular.