miércoles, 6 de julio de 2011

Viaje a Toledo (I)

Este año, Mr. Osako y yo no coincidíamos en vacaciones, así que tuvimos que hacernos un especial y buscar un fin de semana en el que pudiéramos escaparnos juntos un viernes para poder aprovechar algo el finde.

Nuestro primer destino fue Valencia y el finde elegido el del 24 al 26 de Junio, pero cuando nos pusimos a mirar hoteles, todo era carísimo, así que buscamos otras alternativas, que pasaron por Salou (y Port Aventura), Ronda (en una casita con piscina al fondo del "tajo" de Ronda) y Toledo, destino final elegido, gracias a un famoso buscador de hoteles de Internet que nos encontró un hotel de 4 estrellas con piscina donde pasamos dos noches (y tres días) por menos de 150 euros.

Mr. Osako ya había estado en Toledo, aunque su anterior visita fue de lo más desastrosa y no vio nada de la ciudad (de hecho, estuvo menos de 24 en la misma), así que teníamos por delante el reto de visitar una de las ciudades más bonitas de España.

Partimos el viernes por la mañana, con la fresca rumbo a Toledo y, hasta la parada de la Roda (Albacete) nos hizo un tiempo fresco y con nubes que deshacía todas las previsiones de "fin de semana más caluroso del año" que habíamos visto en todos los informativos meteorológicos. Pero fuimos llegando a la ciudad y el calor fue apremiando, así que, tras registrarnos sin problema, hicimos gala de nuestros cuerpos esculturales en bikini y bermudas y estrenamos la piscina, que estaba limpia e inmaculada para nosotros solos. Un buen baño en el agua fresquita (le daba la sombra), un rato de relax en las tumbonas y nos subimos a la habitación a comer, porque tuvimos la precaución de llevarnos comida para no salir del hotel a buscar dónde comer (el hotel no servía comidas, sólo desayunos y cenas).

Tras comer y dormir una reparadora siesta, a eso de las 6 decidimos salir rumbo al centro de Toledo. Llegamos a la primera Oficina deTurismo y, ¡sorpresa!, estaba cerrada, abría solo de 9 a 18 horas. Aunque previamente habíamos determinado el itinerario a seguir, con los monumentos más representativos a visitar (Catedral, sinagogas, mezquita, Casa-Museo del Greco, etc.), necesitábamos un plano y en el hotel no los había, así que Mr. Osako fotografió el que había en la puerta de la Oficina de Turismo y nos encaminamos por esas cuestas hermosas a ver el centro de Toledo.

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Mr. Osako (a contraluz) frente a la Puerta Nueva de Bisagra, entrada al Toledo antiguo

La primera parada oficial la hicimos en la Puerta de S. Ildefonso, que es patrón de la ciudad, fue arzobispo de la misma y proclamado "doctor de la Iglesia visigoda". Cuenta la leyenda que la propia Virgen María bajó del cielo para entregarle una casulla bordada y ese es el momento que se recoge en la fachada de la Puerta de S. Ildefonso, preciosa puerta doble con arco de herradura con relieve encima y arco ojival enmarcando lo anterior.

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Meg ante la Puerta de S. Ildefonso

Intentamos entrar en la Mezquita del Tránsito, pero como Toledo tiene horarios al estilo europeo, había cerrado a las 18.45 y no pudimos entrar. Callejeando, callejeando y con la referencia del mapa en la cámara de fotos, llegamos a la Plaza Zocodover, situada en un lateral de la zona antigua, pero centro de referencia de autobuses y turistas. Tuvimos la suerte de que Toledo estaba engalanada porque el día 23 había sido el Corpus y vimos todo el centro con banderolas en los balcones, toldos en las calles que iban a la catedral y bonitas lámparas enrejadas.

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Meg en la Pl. Zocodover, engalanada para el Corpus

Caminado, caminando, llegamos a la Plaza del Ayuntamiento, donde está la catedral y estuvimos curioseando los horarios de la misma y, ¡suerte!, la Oficina de Turismo de dicha plaza estaba abierta, entramos para pedir información y nos dieron hasta los horarios de los autobuses para ir y volver del centro al hotel sin perder mucho tiempo ni llegar exhaustos.

Después de dar otra vuelta a la pata (y pagar una burrada por un helado insulso) decidimos montarnos en el Zocotren, que era lo único que podíamos hacer, que te da una vueltica por Toledo (40 minutos) y nos enteramos de leyendas y dichos de la ciudad.

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Vista de Toledo desde el otro lado del Tajo

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Torreón del Baño de la Cava
(Cuenta la leyenda que fue testigo de los amores entre el último rey visigodo -D. Rodrigo- y la hija del gobernador de Ceuta -Florinda o "la Cava", prostituta en árabe-, motivo por el que el conde de Ceuta, D. Julián, facilitó la entrada de los magrebíes a la península y así desterraron a los reyes visigodos hacia el norte de España)

Después del trenecito y de sus anécdotas, decidimos ir a cenar, aunque nos recomendaron un sitio donde degustar la carcamusa, al llegar estaba a reventar, así que nos metimos en una pequeña taberna, donde nos metimos entre pecho y espalda una estupenda ensalada, unos huevos rotos y 5 cazuelitas de carcamusa, pulpo en salsa, ventresca de atún con fritada de tomate y pimiento, migas manchegas y morteruelo.

De ahí, nos fuimos rodando a la parada del bus y del bus al hotel, donde pasamos una noche horrible por la fuerte cena que nos zampamos...

(Continuará)

3 comentarios:

Le poinçonneur dijo...

Te queda muy bien el sobrero, tonta.

vainilla dijo...

yo viví en Toledo, detrás del Zocodover, y a las 5 de la tarde el casco está muerto muerto. En verano el calor es insoportable y huele fatal. Es bonito, pero yo hubera ido a Port Aventura mejor. Por lo visto después de la cenota la noche fue toledana, no?

hm dijo...

¡ Yo uso un gorro muy parecido a ese en verano !