lunes, 22 de febrero de 2010

La primera vez

Ayer mis padreh fueron a comer a casa de mi novio por primera vez. Bueno, mis padreh, mis hermanoh, mi tío viudo y mi tía soltera.

La cosa era invitarlos a migas, que a mi chico le salen geniales. El sábado por la mañana nos cogimos el carro de la compra y recorrimos panadería, carnicería, mercado y mercadona. A la vuelta de todo eso, limpiamos la casa, comimos, volvimos a limpiar por la tarde el resto y a media tarde nos fuimos de bares con unos amigos que estaban en el pueblo de visita.

El domingo nos levantamos y lo primero que hicimos fue preparar el postre, meter el vino al frigo y empezar a elaborar los aperitivos. Mi CdA se tuvo que marchar a un evento extraordinario organizado por su empresa para los clientes y me dejó sola al mando de la cocina. Pelé, corté y freí cebollas y berenjenas, trituré palitos de cangrejo y cocí y rallé huevos (ya cocidos). Freí tocino, lomo de cerdo, salchicha, longaniza y 10 morcillas. También rallé tomates y corté y preparé en una cestita mona varios tipos de pan. Hice una ensalada murciana y, en medio de todo el berenjenal, cuando mi chico había vuelto ya y estaba con las migas, llamaron al timbre: mi familia.

Como es natural en ellos, se metieron de lleno en la cocina, a oler. Mi tío el viudo, ha sido cocinero toda su vida y todavía lleva en la sangre ese gusanillo, se metió hasta el fondo en las tareas que nos quedaban por terminar, de hecho, él hizo las gambas al ajillo.

A mis padreh y a mi tía los llevé a ver la casa, mientras CdA y tío-viudo se quedaban desliando las migas y mi hermana se tiraba a por la cerveza. Todo en perfecto estado de revista, mis padres no encontraron ninguna pega, es más, les gustó mucho la casa, por grande, espaciosa y bien aprovechada.

Al rato llegaron mi hermano y mi cuñada, que habían trabajado esa noche (son enfermeros) y estaban un poco somnolientos. Traían regalo de Hermana-Meg y Hermano-Meg y Cuñada-Meg. Un robot de cocina para ayudarme a cocinar*.

La comida discurrió distentida, hablando, riendo, comentando cosas, anécdotas de cuando éramos pequeños (sin incurrir en vergüenzas ni nada por el estilo), etc. Un café, un par de tartas de postre y muchas cosas por lavar y recoger.

Cuando se fueron todos, recogimos un poco y nos sentamos en el sofá. Hicimos balance del día y fue muy positivo: mis padreh se habían marchado felices y contentos de ver que su hija está con un buen hombre.


*Nota: Para Semana Santa me mudo a vivir con mi novio.



9 comentarios:

hm dijo...

Y muy contentos que estamos tus amigos también.

Mis padres no podrían dejar la ocasión de contar anécdotas escabrosas de mi tierna infancia.

Sr_Skyzos dijo...

Qué ansiedad.

Le poinçonneur dijo...

Enhorabuena por el cónclave y la próxima mudanza, mas permíteme una precisión: en el sureste, cuando se quiere curiosear no se entra a "oler", sino a "goler". Cualquiera de mi familia puede atestiguarlo xD

Deyanira dijo...

Debo de estar un tanto sensible: me ha emocionado tu narración. Lo cuentas muy bien, casi estaba allí.

Me alegro mucho. Os deseo lo mejor :)

vainilla dijo...

Pues enhorabuena, son cosas importantes que no se deben dejar de hacer...para cuando la boda?

Ramón dijo...

Me ha gustado mucho tu post. Es muy... tú.
;)

MM de planetamurciano dijo...

A disfrutarlo!

Amaterasu dijo...

Enhorabuena chiquilla!

Dr. Deferiensia dijo...

Felicidades!