domingo, 28 de febrero de 2010

Conversando

De repente, un buen día, recibes una llamada de un buen amigo y te pide que vayas a comer con él. Y le dices que sí y te recibe en su casa, nada más abrir la puerta, con un Martini Bianco con hielo y unos cacahuetes fritos con miel.

2 comentarios:

Sr_Skyzos dijo...

¡Guapa, pijo!

MM de planetamurciano dijo...

Eso es un amigo! Si no te invita a Martini, na.