Como la vida sigue y mi abuela ni evoluciona ni empeora y ahora tiene un colchón de aire que le da masajes para que no le salgan llagas en el culo, pues nada, que os voy a contar una cosita que se me ocurrió hacer y que me salió mal.
Allá por el final de la primavera, yo tenía el ánimo descendido y ganas de marcha. Así que le hice caso a un amigo y me hice un perfil en Meetic, un portal de esos para encontrar pareja. Meetic tiene truco, determinados servicios son gratis, pero para otros más extensos debes pagar. Vamos, que con lo que te dan gratis no tienes ni para contestar mensajes. Así que pagué casi 30 euros por tener acceso a todos los perfiles y poder contestar mensajes.
Mi búsqueda de hombres estaba bien delimitada: no me importaba el aspecto físico, pero sí quería que tuvieran algún tipo de estudios, que no sobrepasaran los 38 años y que vivieran en mi región o cerca de ella. Excluía, por tanto, al resto de España y del mundo.
Los perfiles que se me mostraron como "idóneos" eran los de hombres que vivían en Madrid, Sevilla, Bilbao, Barcelona, etc, todos ellos descartados por el tema de la distancia. Curiosamente, todo eran ciudades grandes, no vi nadie de Cuenca o Soria, a pesar de que son ciudades tan válidas como las demás. Mi negativa a contactar con estos hombres era simple: yo no estaba dispuesta a desplazarme fuera de Murcia, ya que aquí tengo mi trabajo. Sé que muchos me diréis que soy un poco pava al respecto, pero es que mi trabajo se basa en la confianza y en la existencia de clientes y yo ya tengo unos cuantos aquí como para irme y empezar desde 0 en otro sitio. No estoy dispuesta a tirar por la borda casi 4 años de trabajo y boca a boca.
Respecto a la edad, se la pasaban por el forro a la hora de "buscar". Toda la franja abarcable entre los 30 y los 60 se abrió ante mi. Sobre todo los que iban entre los 45 y los 60, que quedaban automáticamente descartados porque me recordaban a mi padre. Que conste que yo no tengo nada contra los amores con grandes diferencias de edad, pero una cosa es que me guste un señor de 42 años (que me gusta y él lo sabe, pero que no me ha hecho ni puto caso nunca a pesar de ser soltero y mirarme las tetas cuando hemos coincidido) y otra muy distinta liarme con un tío que puede hablar con mi padre de los libros que estudiaban cuando iban al colegio.
Luego estaba también el tema de lo que querían ellos. Cuando iba mirando perfiles y eligiendo algunos, la gran mayoría fijaban un límite muy estricto en cuanto al físico. Casi todos los hombres entre los 25 y los 40 años quieren mujeres que no sobrepasen los 65-70 kilos, pequeñas y pelo largo morena. No me lo estoy inventado, es verdad. Obviamente, con mis 87 kilos, mi 1'68 m y mi pelo corto y tintado según me dé, no era el perfil buscado. Una vez le mandé un mensaje a uno de ellos, que subía hasta los 80 kg y que era de Albacete, pero me contestó diciéndome que yo no era lo que estaba buscando (y no dio más explicaciones).
Punto y aparte merecen los que me buscaron a mi, los que me mandaron mensajes queriendo conocerme. No hay ni un sólo país latinoamericano del que no haya recibido mensajes. Si descartaba a Madrid o Valencia, ¿cómo no voy a descartar a Brasil o Paraguay? A esos les daba igual cómo era físicamente, es más, a muchos les encantaron mis boum-boum (tetas en brasileiro), mis ojos, mi sonrisa (pobreticos, no se fijaron bien en mis dientes de vampira) y todos, todos, querían mi dirección de messenger para chatear. A todos les contesté que no estaba interesada en las relaciones a distancia.
Respecto a los mensajes de los españoles, muchos de Madrid me escribieron. Les dije que no, igualmente por tema distancia y me contestaron que si estaba en Madrid, ¿qué problema había? Por defecto, diariamente debía cambiar la ciudad en la que residía, porque aunque yo ponía Murcia, el puto programa de Meetic me ponía Madrid.
Así pasaron los tres meses de alta pagada que tenía. Perdí 30 euros, tiempo y, sobre todo, las ganas, porque no me escribió nadie ni de mi región ni de las limítrofes. Para mí, esta experiencia ha sido un auténtico chasco y un fraude.
Allá por el final de la primavera, yo tenía el ánimo descendido y ganas de marcha. Así que le hice caso a un amigo y me hice un perfil en Meetic, un portal de esos para encontrar pareja. Meetic tiene truco, determinados servicios son gratis, pero para otros más extensos debes pagar. Vamos, que con lo que te dan gratis no tienes ni para contestar mensajes. Así que pagué casi 30 euros por tener acceso a todos los perfiles y poder contestar mensajes.
Mi búsqueda de hombres estaba bien delimitada: no me importaba el aspecto físico, pero sí quería que tuvieran algún tipo de estudios, que no sobrepasaran los 38 años y que vivieran en mi región o cerca de ella. Excluía, por tanto, al resto de España y del mundo.
Los perfiles que se me mostraron como "idóneos" eran los de hombres que vivían en Madrid, Sevilla, Bilbao, Barcelona, etc, todos ellos descartados por el tema de la distancia. Curiosamente, todo eran ciudades grandes, no vi nadie de Cuenca o Soria, a pesar de que son ciudades tan válidas como las demás. Mi negativa a contactar con estos hombres era simple: yo no estaba dispuesta a desplazarme fuera de Murcia, ya que aquí tengo mi trabajo. Sé que muchos me diréis que soy un poco pava al respecto, pero es que mi trabajo se basa en la confianza y en la existencia de clientes y yo ya tengo unos cuantos aquí como para irme y empezar desde 0 en otro sitio. No estoy dispuesta a tirar por la borda casi 4 años de trabajo y boca a boca.
Respecto a la edad, se la pasaban por el forro a la hora de "buscar". Toda la franja abarcable entre los 30 y los 60 se abrió ante mi. Sobre todo los que iban entre los 45 y los 60, que quedaban automáticamente descartados porque me recordaban a mi padre. Que conste que yo no tengo nada contra los amores con grandes diferencias de edad, pero una cosa es que me guste un señor de 42 años (que me gusta y él lo sabe, pero que no me ha hecho ni puto caso nunca a pesar de ser soltero y mirarme las tetas cuando hemos coincidido) y otra muy distinta liarme con un tío que puede hablar con mi padre de los libros que estudiaban cuando iban al colegio.
Luego estaba también el tema de lo que querían ellos. Cuando iba mirando perfiles y eligiendo algunos, la gran mayoría fijaban un límite muy estricto en cuanto al físico. Casi todos los hombres entre los 25 y los 40 años quieren mujeres que no sobrepasen los 65-70 kilos, pequeñas y pelo largo morena. No me lo estoy inventado, es verdad. Obviamente, con mis 87 kilos, mi 1'68 m y mi pelo corto y tintado según me dé, no era el perfil buscado. Una vez le mandé un mensaje a uno de ellos, que subía hasta los 80 kg y que era de Albacete, pero me contestó diciéndome que yo no era lo que estaba buscando (y no dio más explicaciones).
Punto y aparte merecen los que me buscaron a mi, los que me mandaron mensajes queriendo conocerme. No hay ni un sólo país latinoamericano del que no haya recibido mensajes. Si descartaba a Madrid o Valencia, ¿cómo no voy a descartar a Brasil o Paraguay? A esos les daba igual cómo era físicamente, es más, a muchos les encantaron mis boum-boum (tetas en brasileiro), mis ojos, mi sonrisa (pobreticos, no se fijaron bien en mis dientes de vampira) y todos, todos, querían mi dirección de messenger para chatear. A todos les contesté que no estaba interesada en las relaciones a distancia.
Respecto a los mensajes de los españoles, muchos de Madrid me escribieron. Les dije que no, igualmente por tema distancia y me contestaron que si estaba en Madrid, ¿qué problema había? Por defecto, diariamente debía cambiar la ciudad en la que residía, porque aunque yo ponía Murcia, el puto programa de Meetic me ponía Madrid.
Así pasaron los tres meses de alta pagada que tenía. Perdí 30 euros, tiempo y, sobre todo, las ganas, porque no me escribió nadie ni de mi región ni de las limítrofes. Para mí, esta experiencia ha sido un auténtico chasco y un fraude.
8 comentarios:
Hola Meg. Ten cuidado con lo que encuentras en internet, no te lo digo por experiencia pero sí por lo que se ve y se oye en la tele. Tu pagina me parece interesante, no trabajo en el tema legal pero me gusta bastante.Por si acaso, y para evitar suspicacia,yo no quiero ligar contigo, por tres razones, la primera es que estoy casado (despues de esa las otras dos sobran). Normalmente los ligues se hacen en el ambiente o entorno cercano, no creo mucho en los portales de contactos y similares, eso es para "sexo" no para "amor" y creo que hay que diferenciar una cosa de otra, el amor es mejor y dura más rato. Los hombres tienen unos gustos demasiado impuestos por la moda y la atracción física inmediata. Yo imagino que quizás las mujeres no sean igual, pero no lo sé, sólo conozco a una y no creo que con eso ya tenga para poder opinar.
Saludos.
Esta mañana estaba hablando con Napodecho sobre el tema; que ver a Harrison Ford o Sean Connery en el cine y considerarlos atractivos y atrayentes cuando ya están prostáticos perdidos se considera normal; pero decir que Angela Lasbury está de toma pan y moja es que te consideren un loco y depravado.
De los perfiles de internet... pues que los gays somos más claros y vamos a lo que vamos: a buscar un polvo y punto. Como no es lo que yo he ido buscando (o si lo he hecho, tenía más cabeza que mi oponente), así me ha lucido el pelo.
El problema que tu has tenido radica mas en que tu localización era erronea que en el programa en si. No quiero decir con esto que esos sistemas sean la panacea pero lo que si digo es que cuando hablamos de relacionarse con internet resulta que siempre sale alguien diciendote que tengas cuidadito no sea que contacte contigo la penultima reencarnación de Manson y te liquide.
Como si entrarle a un menda que está sentado tres taburetes mas allá del tuyo en un tugurio fuera la panacea y el hecho puntual de verle la jeta sea ya concluyente para descartarlo como asesino y violador.
Yo tengo una familiar que conoció a su marido por internet, en un chat para mas inri, lleva felizmente casada mas de 4 años y tiene gemelos.
De todo hay en la viña del señor, y cada uno lo cuenta segun le va.
Saludos.
Estoy de acuerdo con Vicent, analiza como son las relaciones que surgen en un bar (el método tradicional, bueno, antes eran bailes)... solo es la vieja solución con más tecnología.
A lo mejor lo ke es un chasco y un fraude, así, en general, son los hombres.
hum.....no se...no creo en esos portales.
en españa todavia cuela(cada dia menos) pero EEUU ya poca gente paga ,¿como?, muy simple. con 2 cuentas de correo
hotmail.com.ejemplo:
yomismo9e8r76t@hotmail.com y timomeetic@hotmail.com .la persona se registra como nombre de usuario yomismo9e8r76t
y como direccion de correo timomeetic@hotmail.com. pues bien,como las yankys ya se saben el truco
cuando ven la foto de alguien que les interesa,se van a un buscador de perfiles de msn(en españa valdria) www.encontron.com ponen el nombre de usuario yomismo9e8r76t y le añaden @hotmail.com
osea yomismo9e8r76t@hotmail.com y asi acceden al perfil de msn donde sin duda encontrara una invitacion a su meseenger de yomismo9e8r76t confirmando que es de meetic.aunque en españa se empieza a ver en EEUU ya es toda una moda.
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