viernes, 14 de mayo de 2010

El Consejo General del Poder Judicial

(o aquí nos gobiernan los partidos políticos).

La formulación moderna del Principio de Separación de Poderes se debe a Montesquieu, quien la expone con toda precisión en su obra “El espíritu de la leyes” publicada en 1748. En pleno absolutismo monárquico francés, Montesquieu presenta un instrumento a través del cual, el Estado se autolimita en el ejercicio de su poder, con el consiguiente logro de la máxima libertad para los individuos, objetivos primordiales de la Teoría Liberal de la política. Así, se divide el poder estatal en tres diferentes y cada uno deberá estar dirigido por diferentes personas:
  1. 1. Poder Ejecutivo. Encargado de gobernar un país (ciudad, región, etc).
  2. 2. Poder Legislativo. Encargado de elaborar las leyes, de obligado cumplimiento por ciudadanos y demás poderes del Estado.
  3. 3. Poder Judicial. Encargado de velar por el cumplimiento de la leyes por parte de todos: ciudadanos y demás poderes del Estado.
Partiendo de esta premisa, en nuestro país tenemos configurada una monarquía parlamentaria como forma política (artº 1.3 Constitución Española de 1978). Sin embargo, si observamos detenidamente cómo se configuran esos poderes en España, caemos en una espiral de relaciones.

En primer lugar, los ciudadanos elegimos a los representantes del Poder Legislativo: diputados y senadores. Son listas cerradas de cada partido y si quieres lentejas las tomas y si no, no votas.

En segundo lugar, una vez constituído el parlamento (Congreso de los Diputados y Senado), de entre el partido más votado para el legislatiavo, sale un Presidente del Gobierno, que nombrará una serie de ministros y será la cabeza visible del Poder Ejecutivo. Primer Gran Error: del Poder Legislativo, sale el Ejecutivo.

En tercer lugar, tenemos al Consejo General del Poder Judicial como órgano del Poder Judicial. Está integrado por el Presidente del Tribunal Supremo, que lo preside, y por veinte miembros (denominados Vocales) propuestos por el Congreso de los Diputados y por el Senado según la distribución siguiente:

* Cada una de las Cámaras del Parlamento español elige, por mayoría de tres quintos, a seis miembros (Vocales) entre Jueces y Magistrados de todas las categorías judiciales que serán propuestos para su nombramiento por el Rey.
* Cada Cámara del Parlamento elige además, por mayoría de tres quintos, cuatro miembros (Vocales) entre abogados y otros juristas de reconocida competencia con más de 15 años de ejercicio en su profesión, que no sean miembros del Consejo saliente ni presten servicios en los órganos técnicos del mismo.



Entre Jueces y Magistrados
Entre juristas de reconocida competencia
Totales
Vocales propuestos por El Congreso
6
4
10
Vocales propuestos por El Senado
6
4
10
TOTAL VOCALES
12
8
20
Presidente
Propuesto por el Pleno del Consejo General del Poder Judicial entre miembros de la carrera judicial o juristas de reconocida competencia
1

¿Qué nos queda entonces? Que estamos gobernados, legislados y judicialmente regidos por los partidos políticos y que, de hecho, la separación de poderes no existe en nuestro país.

Todo esto lo digo con motivo de los grandes problemas que está teniendo Baltasar Garzón con la Justicia Española. A nadie se le puede escapar que el juez Garzón fue en las listas del PSOE en las elecciones legislativas de 1993, siendo elegido y nombrado por Felipe González Delegado del Gobierno en el Plan Nacional sobre Drogas con rango de Secretario de Estado y adscrito al Ministerio de Justicia e Interior que llevaba Juan Alberto Belloch. En 1994 renunció al cargo y al escaño parlamenterio y volvió a la carrera judicial.

Esto, unido a la composición del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), hacen que Garzón tenga a sus propios enemigos dentro de casa. Es cierto que para llegar a determinados niveles de la Justicia Española es necesario trabajar mucho, hacer muchos cursos de especialización, oposiciones internas y poder ascender por ello, pero también es cierto que tanto el CGPJ como el Tribunal Constitucional están compuestos por magistrados y juristas elegidos a dedo por los partidos políticos. Esto nos lleva a la conclusión de que Garzón siempre sérá vilipendiado por determinados sectores políticos españoles por su pasado socialista, bien tengan razón o no.

Que conste que esto no es un apoyo incondicional al juez Baltasar Garzón. Creo, sinceramente, que la cagó al ordenar las escuchas ilegales de las conversaciones entre abogado y cliente de los implicados en la trama Gürtel (para mi el derecho de defensa es inviolable, seas terrorista, corrupto, violador o la Virgen del Carmen que estafa con sus estampitas). También creo que puede estar implicado en algun irregularidad con motivo de los fondos del Bco. Santander para pagarle un curso, una estancia o un spa en N. York. Sin embargo, creo que su procesamiento por prevaricación por intentar encontrar muertos de la Guerra Civil es una locura política y judicial. Y, no nos engañemos, lo han llevado a sentarse en el banquillo de los acusados Manos Limpias ("sindicato" de ultra derecha), Falange (partido político ultraderechista y más) y la Asociación Igualdad e Identidad ante el Supremo (¿mande?).

La cosa está en que hoy se decide si se le suspende o no laboralmente, en un pleno de ese CGPJ que está llenetico de jueces elegidos por los partidos políticos (o sea, que hay tendencias de izquierdas y de derechas en dicho consejo). No nos engañemos, por muy lícito que sea que mi primo de la Ribera de Molina quiera sacar a su tío-abuelo por parte materna de una fosa común de la guerra y enterrarlo en un maldito nicho del cementerio, está claro que no lo van a dejar, porque hay determinados sectores de este país (y con mucho poder fáctico) que no quieren que los muertos salgan a la luz.

Si es que Franco lo dejó todo bien atado, jodío tío Paco.

(Fuentes: Wikipedia -separación de poderes y datos sobre Baltasar Garzón- y web oficial del CGPJ).

5 comentarios:

José Miguel Igualada Belchí dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Le poinçonneur dijo...

Yo sí estoy muy de acuerdo con el texto de MEG, puesto que lo que preocupa del asunto no es la teórica irregularidad que hubiera podido cometer Garzón, sino quiénes y por qué se ha ido contra él. Simplemente, la ultraderecha sigue campando a su aire, y eso es lo que me preocupa.

Discrepo, MEG, en un solo punto: la cacería a Garzón no es por su pasado socialista, sino exclusivamente porque ahora, a la derecha "heavy", sus actuaciones no le interesan. En 1994, cuando dimitió y fue a saco contra Vera, quienes hoy lo ponen a caer de un burro lo elevaron a los altares de la decencia y dignidad como salvador de España y sus esencias.

A mí, el procedimiento de Garzón contra el PSOE de la época no me pareció mal por el fondo, pero sí por las formas -acabó instruyendo a quienes habían sido sus compañeros antes de su salida por peteneras, lo que, a mi juicio, era causa más que suficiente para su recusación o, mejor aún, inhibición-. Curiosamente, los ahora ofendidos no vieron nada irregular en aquellas actuaciones. Meditable.

José Miguel Igualada Belchí dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
MM de planetamurciano dijo...

Me alegra mucho leer este post escrito por una abogada; a veces el griterio confunde, y por eso escritos como este dan luz.
Si tan justo es todo, no entiendo como fuera de España la cosas se ven de manera muy polémica:
http://www.cadenaser.com/internacional/articulo/prensa-internacional-tacha-esperpento-judicial-sucedido-garzon/csrcsrpor/20100515csrcsrint_3/Tes

josuered dijo...

De ahí que ni vivimos en una democracia ni en un estado de derecho. Q.E.D.