Retrasos

Después del susto de las fiebres y la infección de orina y los vértigos y los mareos (que no han cesado del todo) he decidido tomarme las cosas con calma. Y cuando hablo de las cosas me refiero al trabajo.

Mis padres opinan que tengo algo oculto que me callo y que me está reconcomiendo por dentro. En realidad sí que tengo algo, pero no está oculto, he hablado de ello y muchas noches es lo último en lo que pienso antes de dormir.

No, no es mi CdA, aunque muchas veces mi último pensamiento es para él, con él no tengo queja, todo va genial, estamos tan acaramelados como la primera semana o más, porque nos vamos conociendo cada día un poquito más y nos va gustando cada vez más lo que conocemos.

Lo que me quita un poco el sueño y me hace estresarme es EL JUICIO DE MI VIDA.

De momento es el asunto más importante que he tenido y por él me caliento la cabeza hasta límites insospechados.

A todo ello hay que sumarle que no tengo demasiado tiempo para nada, estoy trabajando de lunes a sábados y llego a ese día con ganas de estrangular a más de uno y más de dos que no se toma en serio mi trabajo de profesora en la academia.

Sé que en ese juicio voy a tener el apoyo y la presencia física de mis dos padrinos de jura, sé que podré preguntarle a algún profesor de la universidad con el que he mantenido algún contacto vía correo electrónico y sé, sobre todo, que voy tras el Fiscal, que tengo la postura más cómoda y que, con mis dotes interpretativas (soy algo teatrera) podré predisponer al Jurado a mi favor.

Pues bien, todo eso ha hecho que me retrase un poco en el trabajo y que hoy descubra que tengo una guardia pendiente de justificar. Cuatro casos que, como no los justifique pronto, me quedo sin cobrarlos.

Por eso, manos a la obra y a por ellos.

Pero ahora, me voy a la pelu.