miércoles, 11 de marzo de 2009

Como me gusta bricomanía

En fin, que ya estoy instalada. Del todo. O casi.

Ya está la mesa, con su ampliación, los armarios (con todas sus puertas), el fax, los varas de bambúes, los títulos enmarcados, las orlas y las acuarelas de Granada colgadas...

Pero no tengo cortinas. Acabo de quitarlas.

Yo había visto un bonito estor en algodón blanco en el Ikea, que dejaba traspasar la luz. Medí la ventana y encajaba y compré dos. Mi señor padre me colocó el primero. Y se quedó corto. Y el otro lo devolví.

Así que me compré otro modelo de estor más feo, más largo, blanco pero opaco y esta mañana los hemos colocado. Se quedaban bastante regulares, con una separación en medio de casi dos dedos. Pero tenía pase. Lo que no tenía pase era que ambos estores, modelo Tuplur, eran de distinto tono de blanco. Que lo mismo para otro pasaba. Pero en una habitación blanca, con muebles blancos, tener dos estores de distinto tono pues saltaba a la vista un montón. Y los he quitado.

Cuando llegue a casa dirá mi padre "quien no le hace caso a una buena madre, se lo hará a una mala madrastra". Porque desde que me los ha colocado no ha parado de decir: "esto no me gusta", "por qué no te habrás comprado una cortina de lado a lado", "esto se queda chapucero" y otras lindezas por el estilo.

No me he comprado otra cosa porque mi economía no me lo permitía, qué queréis, no es lo mismo gastarse 40 euros en dos estores que unos 150 euros en una cortina decente.

He quitado hasta los tornillos y las cositas esas que se ponen en la pared para meter el tornillo y las alcayatas (que no me acuerdo del nombre ahora) y he tapado los agujeros con aquaplast blanco, que no es blanco, es blanco sucio.

Me he dado cuenta de que me gusta el olor del aquaplast.

Y que necesito ayuda (de ideas y económica) para poner una puta cortina en el despacho.

Estoy hasta las putas narices de la mudanza.

1 comentario:

Unknown dijo...

Aguanta, que en una semana estarás lista y contenta de los resultados.