domingo, 11 de marzo de 2012
miércoles, 15 de febrero de 2012
El coste de las becas, por un lector de El País
Hoy copio y pego tal cual un artículo de un lector de El País, publicado el 20 de Septiembre de 2009, pero que he conocido hoy y que, resume, lamentablemente, qué estamos haciendo con nuestros becarios.
"Estudié toda mi vida con becas. Eso, dicho así, parece una frase
hecha, pero no. Estudié toda mi vida con becas, que significan -entre
otras cosas- dinero de todos los contribuyentes. Con 14 años, el estado
empezó a pagarme 14.000 pesetas anuales a modo de beca para materiales.
Tengo 31 años, así que hablamos de 14.000 pesetas del año 1993. Desde
los 17 me becaron con 32.000, con lo cual para cuando acabé el instituto
el Estado había ingresado en mi cuenta 92.000 pesetas contantes y
sonantes.
Entré en la Universidad y también tuve becas, nunca tuve que pagar ni
una sola matrícula. A una media de, pongamos, 75.000 pesetas por curso,
eso hacen 375.000. Además, recibí una beca escolar que, de media, eran
unas 150.000 pesetas anuales: 750.000 en los cinco años. En quinto de
carrera tuve, además, una beca de colaboración de mi Departamento. Se
suponía que era para aprender investigar, pero lo único que me enseñaron
fue a cargar carretillas de papel para la fotocopiadora, hacer
funcionar la fotocopiadora y cambiar el tóner de la fotocopiadora. Me
pagaron 23.000 pesetas al mes, diez meses. Total hasta aquí 1.447.000
pesetas. Unos 8700 euros.
Recibí cuatro becas diferentes para
hacer el doctorado. La primera que acepté era de una fundación que me
pagaba cuando le parecía oportuno, no me daba recibos del pago y,
además, me metió en líos con Hacienda. En cualquier caso, seis meses a
600 euros, 3600 euros. Poco tiempo después recibí otra con patrones que
me timaron en menos aspectos. No me contrataron, pero me hicieron firmar
dedicación completa. Trabajé para ellos bajo la miserable forma de una
beca: di clases, publiqué en revistas, hice estancias de
investigación... pero días cotizados, cero. 800 euros al mes, 36 meses,
28.800 euros en total. A eso hay que sumar tres estancias de
investigación en prestigiosos centros del extranjero, a digamos 1200
euros de subvención cada una. Esto ya parece el 1, 2, 3... 41.100 euros
de todos los españoles. El último año, por fin, los becarios de
investigación conseguimos que se nos hiciera un contrato. A la hora de
firmarlo, te daban un papelito donde tenías que firmar que renunciabas a
tu baja maternal, en caso de quedarte embarazada. Eso sí que son
políticas de conciliación y lo demás cuentos. Nos daban, por primera
vez, paga extra. Se la llevó Hacienda, pero la sumo igual. Doce meses,
catorce pagas, a 1100 euros, 15400 euros, 56.500 en total.
Ahora
viene la pirueta. Después de seis años trabajando para la Universidad,
había cotizado un año. Cobré el paro y envié currículos. 630, mi madre
lo recuerda bien. Durante mis dieciséis años en el mercado laboral
español tuve los empleos más diversos además de la Universidad: guía
turística para la tercera edad, traductora de manuales deportivos, profe
particular, manufacturera -que no diseñadora- de bolsos y abalorios,
dobladora de anuncios de radio... Que no se diga que no lo intenté en
varios campos.
Lo intenté con todas mis fuerzas. Me agarré a la
tierra de Asturias con pies y manos. Estuve un año en el paro, con una
carrera, un máster, un doctorado, cuatro idiomas y dispuesta a trabajar
de lo que saliese... pero no salió nada. En unos estaba demasiado
formada, en otros no daba, literalmente, la talla -hasta para
dependienta de tienda de ropa de adolescentes me presenté-, así que
decidí emigrar. El camino fuera de Europa no es sencillo: veo a mis
padres por Skype, mi presencia empieza a borrarse de los recuerdos de
mis amigas -"¿todavía vivías aquí cuando pasó eso?"- y suplico a las
alturas que el señor de inmigración no se quede con mi barra de turrón
de Suchard y mis latas de bonito en aceite cuando vuelvo, siempre antes
de Reyes, a incorporarme a mis clases en una estupenda Universidad de la
soleadísima costa estadounidense del Pacífico. Lo más triste es que soy
feliz aquí, a pesar de que veo la tristeza inmensa en los ojos de mis
padres.
En resumen, España invirtió en mí, directamente, casi diez
millones de pesetas, además de la formación universitaria, y ahora lo
está aprovechando otro país: un lugar donde me siento un miembro útil y
productivo de la sociedad. El problema más grande es que mi caso no es
único. De mis quince compañeros del doctorado, solo dos están trabajando
en España, en condiciones lamentables, eso sí, en la Universidad. Solo
en nosotros, solo en nuestro pequeño rinconcito de la sala de becarios
con sus palomas anidadas en una ventana, el Estado español tiró a la
basura 130.000.000. Ciento treinta millones de pesetas que estábamos
deseando revertir a la sociedad en aquello para lo que nos habíamos
formado, pero no nos resulta posible. Trabajamos un tiempo gratis, mucho
tiempo sin contrato, muchas más horas que una jornada estándar, sin
sanidad, sin derecho a baja maternal, sin derecho a paro y, sobre todo,
sin derecho a quejarnos. Porque éramos unos privilegiados, la creme de
la creme de la intelectualidad que iba a llevar a España a cotas nunca
antes conocidas. Y eso último es lo único cierto. Somos la generación
que va a llevar a España a cotas nunca antes conocidas de desesperación,
de frustración, de angustia, de parturientas añosas, de abuelos que van
a tener que aprender chino o inglés para preguntarle a sus nietos -por
skype- de qué color es la bici que piden a los Reyes Magos en casa de
los abuelitos y que les va a llegar por correo."
* Este lector ha pedido expresamente que no facilitemos su nombre.
miércoles, 25 de enero de 2012
Resistir
El 29 de Abril de 2009 escribí "Malas personas", para referirme a un determinado tipo de gente que, en cierto modo, disfruta siendo malvada. Es, quizá, mi entrada más comentada, incluso a estas alturas, que aún recibe, casi una al mes, un comentario de alguien que ha sufrido a esas malas personas.
Para todos aquellos que, en algún momento de nuestras vidas, hemos convivido con la maldad de los que no saben vivir de otra forma, les dedico esta canción, que es genial, tanto en su letra como en su música y debemos quedarnos con el mensaje final: dispárame, que no caeré, porque soy de titanio. Debemos ser más fuertes que esas malas personas.
viernes, 20 de enero de 2012
Viernes Literario (I)
Hace casi diez años comencé a mandar un poema semanal a un pequeño y selecto grupo de amigos. Lo llamamos "Adoro la poesía" y se creó una especie de lista de correo en la que yo me encargaba de mandar un poema que me resultaba especial por algún motivo.
Ayer encontré un libro que creía perdido, "Afinidades afectivas" (Antología de poesía nórdica), regalo del Sr. Skyzos y de otros amigos (es el chiquitito, no el grande) y salió de entre sus páginas el listado de poemas que mandé en su día.
Me siento con ganas de retomar el blog, quizá no con el tiempo que quisiera, pero desde hoy me propongo, al menos, poner en este muro un poema semanal. Se aceptarán propuestas enviadas a mi correo palabrasquenodicennada@gmail.com.
Hoy comenzamos con Hans Börli, autor noruego (1918-1989), que publicó tanto poesía como prosa. Espero que os guste.
ACERO
(1947)
Este arado
is made in Germany.
Ahí esta cubierto de rocío
fresco y agradable de tocar
como la mejilla de una mujer dormida.
Si el destino lo hubiese querido
el acero de este arado
hubiese ido a parar
a las fábricas de Krupp en Essen.
Entonces tal vez
-fundido como mortero-
hubiese arado en carne caliente.
Ahora reposa la tierra
arada en la tarde primaveral.
Y gorjea el aguzanieves
picoteando gusanos entre los surcos.
Y el arado está ahí
embarrado y cándido.
Sabe lo que ha susurrado la tierra
al acariciar la reja.
Pero no sabe nada
sobre Cherbourg,
Velikije Luki
ni El-Alamein.
lunes, 16 de enero de 2012
Facebook mató a las estrellas de los blogs
Hace tiempo, yo tenía un blog que casi actualizaba a diario. Con una vida nada interesante, con un trabajo casi siempre aburrido y con todos mis amigos ennoviados, aún así encontraba la chispa que me hacía escribir tonterías que leían otros y luego comentaban.
Mañana hará ya tres años, ¡¡tres años!! que conocí a Mr. Osako y mi vida cambió. El chute de endorfinas que me dio me hizo atontolinarme y volverme más pasiva respecto a mis dos grandes pasiones: los blogs y el baloncesto. Respecto a este último, sólo os diré que estoy totalmente desconectada y que, incluso, no he ido a ver al Estudiantes cuando vino a Murcia hace dos semanas. Respecto al blog, mis entradas desde entonces han sido erráticas, sin gracia la mayoría de ellas y sin más sentido que el de haceros ver lo feliz que era, lo bien que iba la relación, lo bien que fue la convivencia, los preparativos de boda... vamos, que mi vida actual ya no es la que era. No digo que sea ni mejor ni peor, sino que es diferente.
Pero, además, a ello se le suma el haberme sumado al mundo Feisbuquero. Al principio, muy principio, me apunté, pero no me gustó el rollo que había (entré por un conocido y sólo lo conocía a él y me agobié y lo dejé). Pero luego, con reticencias, volví a entrar y con ello muchos de mis amigos y, por tanto, piqué.
Debo deciros que en dicha red social, yo no soy yo, soy mi alter ego y me niego a dar mi verdadero nombre o a poner mis fotos. Tengo un dibujo como avatar y mis amigos saben que no pueden etiquetarme en las fotos, aunque salga mi persona. Además, mantengo bien a raya mis contactos, de hecho sólo tengo 63 y a todos los conozco personalmente. De hecho, creo que me sobra alguno, pero por respeto, voy a dejarlos como están.
Lo cierto y verdad es que antes, lo primero que hacía en el día, si no tenía otra cosa pendiente, era escribir el post que llevaba rumiando en la cabeza. Ahora no, lo primero que hago al sentarme en el ordenador es ver cómo está FB.
Sólo me he resistido a una cosa: me niego a tener un móvil con conexión a internet y enlace directo a las redes sociales. Quiero que mi tiempo de ocio siga siendo mi tiempo de ocio, por eso algunos que me leen y son amigos del FB saben que durante los fines de semana apenas actualizo, estoy viviendo mi tiempo con otros quehaceres.
¿Y vosotros, podéis pasar sin actualizar el estado de FB más de dos horas?
sábado, 31 de diciembre de 2011
Quédate a dormir
Anoche disfruté junto con mi hermana de uno de los mejores conciertos de los últimos años. Me regaló la entrada por Navidad y vimos buenas canciones, buenos músicos y muy buena acústica en el Auditorio de Murcia capital (el Víctor Villegas).
Un grupo, M-Clan, entregado a sus canciones, con muy buenos arreglos, acompañamiento de piano y metales, un guitarrista excepcional (aunque nunca tanto como Santi Campillo), muchas buenas canciones, buenos momentos, quizá algo corto, porque me supo a poco, no llegó a dos horas, pero bailando y cantando desde el primer momento, sus temas del último disco y algunas de sus mejores canciones (faltaron algunas del primero y segundo).
Terminaron con un final apoteósico, más de 10 minutos de canción, tal y como este vídeo que nos dejo, del concierto de hace un año en Barcelona:
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miércoles, 28 de diciembre de 2011
Fin de año
Este año voy a terminar el 2011 de la mejor manera que puedo: el día 30 con el concierto de M-Clan en el Auditorio (¡¡por fin un sitio de honor para ellos!!) y, el 31, cenando junto con mis amigos, volviendo a rememorar aquellas nocheviejas tan buenas que pasamos juntos.
Os dejo con un anticipo de una canción que espero escuchar.
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