domingo, 26 de septiembre de 2010

Viajes estivales (IV)

Termino ya con la crónica.

El viernes 6 decidimos visitar Cáceres, mucho más cercana a Mérida que Badajoz (y mucho más bonita). La entrada a Cáceres ciudad la hicimos en coche por una punta... y le dimos dos vueltas a la ciudad, buscando la Plaza Mayor. Cuando íbamos a enfilar por segunda vez hacia la plaza de toros, decidimos aparcar y andar y resultó que estábamos a sólo 2 calles del centro histórico.

Mr. Osako en la esquinica de una casa. Observad la ventana de arriba, muy típica en Extremadura, que da justo a las dos fachadas de la casa.

Nos dirigimos a la Oficina de Turismo y contratamos una visita guiada de 2 horas, por 5 euros por cabeza y con acceso a varios edificios e instituciones completamente gratis. Así, pudimos ver no sólo el museo arqueológico de la ciudad, sino también uno de los aljibes de la misma, situado bajo la iglesia de los jesuitas (?), en el centro de interpretación turística y en el museo de pintura contemporáneo.

Aljibe de la ciudad, actualmente en desuso, pero con idea de aprovechar el agua de nuevo.

Además, nos explicaron la historia de varias casas singulares y aprendimos de donde viene la expresión "comer a mogollón"*.
Esquina de la casa del mono, cuya propietaria tenía uno y lo cuidaba como a su hijo. Cuando se quedó encinta y tuvo su bebé, descuidó al mono, éste cogió celos del bebé y lo estrelló contra el suelo de la calle desde la azotea de la casa.


Torre de palacete habitado actualmente. El aire mecía las hojas de la enredadera y era espectacular verlo.


Mr. Osako con San Jorge y el Dragón, como no podía ser de otra manera...

Pidiéndole a S. Francisco que nos dé suerte y que nos toque la lotería, para ver si podemos conseguir nuestro sueño.



Después de comer en la Plaza Mayor (que está en obras y no se aprecia bien su belleza), marchamos a descansar a nuestro refugio aljucense. Más piscina y una estupenda sesión de termas romanas nos hizo imaginar que estábamos en el paraíso.

Al día siguiente, sábado 7 de Agosto, nos fuimos a Mérida, a terminar de ver el Circo Romano, hacer unas compras de recuerdo y pasar por el súper para repostar vituallas en el camino. Pero antes de ir, yo me empeñé en ver el destacado "Dolmen de Lácara", que estaba a unos kilómetros de nuestro alojamiento. Así que nos fuimos camino de una finca extremeña y allí entramos. Y cuando llevábamos unos 2 km finca adentro y unos cuantos roces del bajo del coche en el camino, vimos unas edificaciones y preguntamos: era la finca de al lado y había que volver a salir a la carretera y entrar andando. No te digo cómo se me puso el coche blanco de bonico del polvo del camino.

El caso es que desandamos el camino hecho (en coche, claro) y nos metimos en la susodicha finca. Tras andar como un kilómetro aproximadamente, encontramos ésto:

Meg a la entrada del corredor del sepulcro. Más información, aquí. No te digo lo que impresona ver esas enormes piedras y pensar que quien lo hizo no conocía la escritura y, probablemente, tampoco se había inventado la rueda.

Y tras una tarde relajada y una cenita tranquila, hicimos las maletas y nos acostamos, al día siguiente, un viaje de 8 horas nos llevaría directamente al Puerto de Mazarrón a pasar otra semana de descanso.

Fin

*"Comer a mogollón"
es una expresión que proviene de las enormes fiestas que daba la familia Mogollón (apellido auténtico) en Cáceres y que estaban siempre bien surtidas de comida y bebida. La gente aprovechaba y comía "a mogollón", ahorrándose varios días de pitanza en casa. Tanto derroche gastronómico derivó hasta esta expresión que indica más o menos "comer como si no hubiera mañana...".

1 comentario:

MM de planetamurciano dijo...

Me keda la duda de cual es su sueño por cumplir si les toca la lotería.