Desde hace unos meses vivo en una situación bastante incómoda respecto a una asociación de la que formo parte desde hace años.
Soy miembro de la junta directiva de dicha asociación y tenía con mi cargo una serie de atribuciones que había que llevar a cabo. Debido a mi falta de tiempo e incapacidad de organización al respecto, hubo una dejadez por mi parte en esas atribuaciones, varios proyectos que se malograron y que empujaron a otros miembros de la asociación a pedir mi dimisión.
Soy miembro de la junta directiva de dicha asociación y tenía con mi cargo una serie de atribuciones que había que llevar a cabo. Debido a mi falta de tiempo e incapacidad de organización al respecto, hubo una dejadez por mi parte en esas atribuaciones, varios proyectos que se malograron y que empujaron a otros miembros de la asociación a pedir mi dimisión.
Dicha dimisión se presentó en su momento a la junta directiva, si bien se me solicitó que, por favor, aguantara hasta que tuviéramos nuevo miembro que me sustituyera.
Durante varias reuniones he tenido que aguantar faltas de respeto por parte de un determinado sector de dicha junta. Salidas de tono, comentarios hirientes y durante todo este tiempo he intentado mantener el tipo por el bien de dicha asociación.
El pasado fin de semana se celebró una Asamblea Extraordinaria para la renovación de la Junta Directiva. Por problemas profesionales (una guardia de violencia doméstica) no pude asistir, si bien delegué mi voto en otro miembro de la Junta.
Cual sería mi sorpresa al leer a lo largo de esta semana lo que ocurrió en dicha reunión.
Las ovejas, ese sector crítico conmigo en la Junta, criticaron sin cesar y con una enorme falta de respeto y con coacción directa al resto de miembros e, incluso, a los futuros miembros de la Junta. No sólo eso, sino que, a posteriori se han permitido el lujo de mandar correos electrónicos a los miembros que estaban disconformes con su actuación.
Y es que, al final, el lobo no es tan fiero como lo pintan. O, como decía mi abuela María, la Pachera "otros vendrán, que bueno me harán".
5 comentarios:
Vives, querida, en España, país en que cualquier asociación o grupo de intereses que tenga más de dos miembros está abocado al fracaso más absoluto.
El espíritu nacional de concordia, creo que lo llaman :P
Caray. Pues si compartes asociación con esa gente, te va a venir bien no tener tiempo para dedicárselo, porque vaya...
Uy las asociaciones...Se supone ke sirven pa cosas buenas pero me da la impresión de ke siempre sacan lo peor de la gente.
Ante todo respecto y educación, esa es la base para resolver cualquier conflicto
Creo que la frase "otros vendrán, que bueno me harán" es una de las que más he oído y una de las que más se cumple. Sin duda esto es España.
Un saludo.
www.terceraopinion.net
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