Me había quedado en que el día 15 de Agosto, día de la Virgen, me volvía con CdA a su casa, a pasar nuestros primeros 15 días juntos en amor y compaña, 15 días que se dividieron en dos semanas, la primera, en su casa, haciendo diferentes arreglos de hogar.
El domingo comenzamos por desalojar el comedor: p'afuera telarañas, sofás, cortinas, sillas, mesas, ordenador, libros, DVDs, CDs, figuricas de dragones y demás pocholadas. Dos habitaciones fueron destinatarias de todo el material que ha acumulado el Sr. CdA en 5 años de soltería. Además, empapelamos todo el rodapié del comedor con papel de periódico y cinta de carrocero. Todo esto nos llevó gran parte del día, mañana y tarde. Por la noche salimos con unos amigos a tomarnos unas copas y al día siguiente, empezamos a pintar.
Como CdA es un manitas de su casa, hace ya meses decidió eliminar el gotelé y aplicar una capa de cemento cola blanco y hacerle una especie de rugosidades muy modernas. Muy chulo se quedó, por cierto, pero el cemento cola blanco iba a absorber mucha pintura, por lo que hubo que taparlo con una especie de pegamento asqueroso y dejarlo secar. Total otro día entero. Por la tarde, vino la hermana de CdA de visita y nos pilló en plena faena: asquerosamente sudados y sucios de pintura. Le prometimos que cuando todo estuviera terminado, la invitaríamos a cenar. Esa noche vimos la peli "300" acostaditos en la cama, en la pantalla de 42" que estaba puesta sobre el arca. Qué gusto de músculos, porelamordedior.
Al día siguiente, martes, comenzamos con la pintura. A pesar de que no me gustan las alturas, me ofrecí voluntaria a subirme a la escalera y rematar las esquinas de los techos y las juntas pared-techo. Así acabó luego mi cuerpo serrano: con un dolor de piennas que me moría, pero bueno. Esa noche nos acostamos pronto, que al día siguiente yo tenía que ir a Murcia a celebrar una conciliación laboral con un cliente.
Tras la conciliación, nos marchamos al Ikea a comprar marcos para acuarelas. Pero acabé comprándome media tienda, que es que siempre me pasa lo mismo, pero bueno, me consuela el saber que eran cosas que se necesitaban y que tarde o temprano las habríamos comprado. Y después del Ikea, comidita en el japonés de la bandeja giratoria, que era un tema pendiente con mi chico y allá que nos fuimos a celebrar que estábamos juntos y felices. Por la tarde, fuimos a mi casa a que yo empezara a prepararme la maleta para el viaje: chandal, forro polar, chubasquero, vaqueros, y otras cosas "porsi": por si hacía frío, por si llovía, etc.
El jueves habíamos quedado a comer con dos parejas amigas de CdA. Aquello parecía un programa de TV: en un tiempo récord montamos el comedor, limpiamos el suelo, hicimos la comida, etc, etc. Todo resultó bastante bien, los amigos disfrutaron de la comida, de la compañía, de las anécdotas. Esa noche dormimos como marmotas, porque si pintar estresa, ver que se te echa el tiempo encima y estás liada con la comida, los cubiertos, pon los vasos en la mesa, corta el pan, etc, estresa mucho más. Menos mal que salió bien todo y no tuvimos problema ninguno. Por la tarde-noche: velada en Chez Totós, en High Royal, piscina incluida, cena genial entre amigos, confidencias sorprendentes y ganas de evasión.
El viernes, más de lo mismo, limpiar, retirar cosas de enmedio y empezamos, poco a poco, a descansar. Fuimos a cenar a una pizzería muy buena y pasamos un ratito agradable.
El sábado, último día antes del viaje, preparamos maletas, hicimos compra de refrescos de cola y pan para bocatas y nos acostamos pronto, porque el domingo nos levantaríamos temprano para pasar una semana en un sitio perdido de Teruel...
El domingo comenzamos por desalojar el comedor: p'afuera telarañas, sofás, cortinas, sillas, mesas, ordenador, libros, DVDs, CDs, figuricas de dragones y demás pocholadas. Dos habitaciones fueron destinatarias de todo el material que ha acumulado el Sr. CdA en 5 años de soltería. Además, empapelamos todo el rodapié del comedor con papel de periódico y cinta de carrocero. Todo esto nos llevó gran parte del día, mañana y tarde. Por la noche salimos con unos amigos a tomarnos unas copas y al día siguiente, empezamos a pintar.
Como CdA es un manitas de su casa, hace ya meses decidió eliminar el gotelé y aplicar una capa de cemento cola blanco y hacerle una especie de rugosidades muy modernas. Muy chulo se quedó, por cierto, pero el cemento cola blanco iba a absorber mucha pintura, por lo que hubo que taparlo con una especie de pegamento asqueroso y dejarlo secar. Total otro día entero. Por la tarde, vino la hermana de CdA de visita y nos pilló en plena faena: asquerosamente sudados y sucios de pintura. Le prometimos que cuando todo estuviera terminado, la invitaríamos a cenar. Esa noche vimos la peli "300" acostaditos en la cama, en la pantalla de 42" que estaba puesta sobre el arca. Qué gusto de músculos, porelamordedior.
Al día siguiente, martes, comenzamos con la pintura. A pesar de que no me gustan las alturas, me ofrecí voluntaria a subirme a la escalera y rematar las esquinas de los techos y las juntas pared-techo. Así acabó luego mi cuerpo serrano: con un dolor de piennas que me moría, pero bueno. Esa noche nos acostamos pronto, que al día siguiente yo tenía que ir a Murcia a celebrar una conciliación laboral con un cliente.
Tras la conciliación, nos marchamos al Ikea a comprar marcos para acuarelas. Pero acabé comprándome media tienda, que es que siempre me pasa lo mismo, pero bueno, me consuela el saber que eran cosas que se necesitaban y que tarde o temprano las habríamos comprado. Y después del Ikea, comidita en el japonés de la bandeja giratoria, que era un tema pendiente con mi chico y allá que nos fuimos a celebrar que estábamos juntos y felices. Por la tarde, fuimos a mi casa a que yo empezara a prepararme la maleta para el viaje: chandal, forro polar, chubasquero, vaqueros, y otras cosas "porsi": por si hacía frío, por si llovía, etc.
El jueves habíamos quedado a comer con dos parejas amigas de CdA. Aquello parecía un programa de TV: en un tiempo récord montamos el comedor, limpiamos el suelo, hicimos la comida, etc, etc. Todo resultó bastante bien, los amigos disfrutaron de la comida, de la compañía, de las anécdotas. Esa noche dormimos como marmotas, porque si pintar estresa, ver que se te echa el tiempo encima y estás liada con la comida, los cubiertos, pon los vasos en la mesa, corta el pan, etc, estresa mucho más. Menos mal que salió bien todo y no tuvimos problema ninguno. Por la tarde-noche: velada en Chez Totós, en High Royal, piscina incluida, cena genial entre amigos, confidencias sorprendentes y ganas de evasión.
El viernes, más de lo mismo, limpiar, retirar cosas de enmedio y empezamos, poco a poco, a descansar. Fuimos a cenar a una pizzería muy buena y pasamos un ratito agradable.
El sábado, último día antes del viaje, preparamos maletas, hicimos compra de refrescos de cola y pan para bocatas y nos acostamos pronto, porque el domingo nos levantaríamos temprano para pasar una semana en un sitio perdido de Teruel...
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