En otras ocasiones ya he hablado de la simbología de utilizar este tiempo de invierno y de estaciones heladas por parte de la Iglesia. Resultó muy apropiado en su momento el coger una fecha tan señalada como el Solsticio de Invierno para "colocar" el nacimiento de Jesús cerca de él (21 de Diciembre, el Solsticio, Nochebuena, el 24 de Diciembre).
Se pretendía abrazar así la costumbre pagana de adorar el fin de la oscuridad con el nacimiento de Jesucristo. En el Solsticio de Invierno, nos encontramos con la noche más larga del año, a partir de ahí, se vuelve a acortar la noche y los días empiezan de nuevo a tener más luz solar. Con esta acción se enmascara una costumbre bárbara con una costumbre religiosa.
Mucho se ha discutido y se sigue discutiendo acerca de la entrega de regalos en países como el nuestro, de larga tradición católica. Todos los miembros de mi generación hemos sido educados bajo un bautismo, hemos hecho la comunión y algunos se han confirmado y casado por la Iglesia, además de bautizar a sus hijos. Otros nos paramos en la comunión y de ahí no pasamos (personalmente, tampoco pienso pasar).
Pues bien, es destacable como en Alemania, la Navidad empieza el 6 de Diciembre, cuando San Nicolás trae los regalos a los niños. En Holanda, los Reyes llegan en barca a través de los canales y, curiosamente, no llegan de Oriente, sino de España. Más controvertida es la figura de Santa Claus o Papá Noel, el cual viene en la madrugada del 24 al 25 de Diciembre y deja regalitos a los niños, al igual que el Olentzero vasco. Llega un momento en que las tradiciones se entremezclan de una manera que es imposible separar lo que es pagano de lo que es meramente religioso.
Ayer me preguntó mi hermana si íbamos a poner nacimiento o belén en mi casa. Le contesté que no, puesto que yo no creo en Dios. Sin embargo, es cierto que voy a celebrar la Navidad con mi familia, más por tradición que por convicción. Y si en algo voy a decorar mi casa (que aún no lo tengo muy claro), será con un árbol de navidad.
Quizá muchos de vosotros lo ponéis en casa, pero no sabéis qué significa. Volviendo a las costumbres paganas, en concreto a las nórdicas, los vikingos veneraban durante el Solsticio de Invierno a un árbol de hoja perenne, que representaba a
Yggdrasil, el Árbol del Universo, con las raíces en el
Helheim (reino de los muertos) y la copa en el
Asgard (morada de los dioses). Para cristianizar la costumbre, se dice que San Bonifacio, adornó el árbol con manzanas (que representaban el pecado original) y con velas (que representaban la venida de Cristo). Sin embargo, yo he leído (aunque no me acuerdo dónde) que la decoración con manzanas y cintas viene de los mismos nórdicos, que adornaban a los árboles representantes de Yggdrasil con manzanas y cintas de colores para llamar a la venida de la Primavera.
Recordad esto si tenéis niños y queréis enseñarles algo diferente estas Navidades. No desdeñéis de las tradiciones antiquísimas que venimos arrastrando y explicarles de dónde viene cada cosa, porque así los haréis mejores personas.