miércoles, 30 de junio de 2010
domingo, 27 de junio de 2010
De concierto
Hace ya dos semanas le dije a mi chico: "el viernes 25 no hagas planes con nadie, que nos vamos de concierto". Así, sin capacidad de réplica.
Y mi chico, que es un sol que enamora, se vino conmigo de concierto. Teníamos el handicap en contra de que jugaba la selección española al "fúmbol" y que el concierto se retrasaría casi seguro, pero nos fuimos con tiempo para coger sitio... coger sitio en el bar y poder cenar y ver el partido.
Pero después... se desplegó ante nosotros la inconmensurable voz de una chica diminuta y pequeñita, pero llena de arte y ganas de hacer un señor concierto. Pena que hubiera tan poca gente, pero qué bien me lo pasé repasando las canciones de su disco "La fabulosa historia de la chica que perdió el avión". Y es que Zahara nos dio una lección con su voz y cuatro músicos. Una lección que demuestra que no hacen falta grandes medios para dar un gran concierto.
Y mi chico, que es un sol que enamora, se vino conmigo de concierto. Teníamos el handicap en contra de que jugaba la selección española al "fúmbol" y que el concierto se retrasaría casi seguro, pero nos fuimos con tiempo para coger sitio... coger sitio en el bar y poder cenar y ver el partido.
Pero después... se desplegó ante nosotros la inconmensurable voz de una chica diminuta y pequeñita, pero llena de arte y ganas de hacer un señor concierto. Pena que hubiera tan poca gente, pero qué bien me lo pasé repasando las canciones de su disco "La fabulosa historia de la chica que perdió el avión". Y es que Zahara nos dio una lección con su voz y cuatro músicos. Una lección que demuestra que no hacen falta grandes medios para dar un gran concierto.
Vídeo de Ojos verdes, a capella. Grabado con el móvil.
Definitivamente, nos encantó.
viernes, 25 de junio de 2010
Abejarucos
En 2008 conocí a un chico a través de este blog. No sé cómo, había llegado a él y era un buen seguidor. Quiso conocerme y, tras muchas reticencias por mi parte (ya que otros a los que había conocido por aquí habían sido unos auténticos raros), accedí a cenar con él un día.
Me encontré delante de un hombre lleno de anécdotas, historias, chascarrillos... vamos, un hombre "vivido".
Poco a poco estuvimos alternando, con varias cenas y alguna comida, incluso fuimos juntos a una función de El circo de los horrores.
La cosa no salió como yo esperaba, pero durante ese tiempo, ese "yo" desprendido que tengo de vez en cuando, le regaló una acuarela, dos abejarucos con el pico enlazado, ya que era un apasionado de la ornitología.
Y tal como vino, se fue, en dos meses lo conocí y desapareció de mi vida (¿veis?, otro raro).
Al cabo de varios meses (quizá un año), una amiga de un amigo le dijo que ese chico, Joaquín, había muerto. Mi amigo me llamó para decirme que lo enterraban en el pueblo de su familia. Obviamente, no fui al sepelio, nada me unía ya a él.
Esta mañana, repasando carpetas en el ordenador, he encontrado la acuarela que le regalé. No sé dónde habrá acabado, aunque sería una lástima que hubiera acabado en la basura, porque me costó mucho trabajo conseguir el efecto de las plumas (aunque no lo parezca).
Va por ti, dónde quiera que estés volando, Turdus Merula.
Me encontré delante de un hombre lleno de anécdotas, historias, chascarrillos... vamos, un hombre "vivido".
Poco a poco estuvimos alternando, con varias cenas y alguna comida, incluso fuimos juntos a una función de El circo de los horrores.
La cosa no salió como yo esperaba, pero durante ese tiempo, ese "yo" desprendido que tengo de vez en cuando, le regaló una acuarela, dos abejarucos con el pico enlazado, ya que era un apasionado de la ornitología.
Y tal como vino, se fue, en dos meses lo conocí y desapareció de mi vida (¿veis?, otro raro).
Al cabo de varios meses (quizá un año), una amiga de un amigo le dijo que ese chico, Joaquín, había muerto. Mi amigo me llamó para decirme que lo enterraban en el pueblo de su familia. Obviamente, no fui al sepelio, nada me unía ya a él.
Esta mañana, repasando carpetas en el ordenador, he encontrado la acuarela que le regalé. No sé dónde habrá acabado, aunque sería una lástima que hubiera acabado en la basura, porque me costó mucho trabajo conseguir el efecto de las plumas (aunque no lo parezca).
Va por ti, dónde quiera que estés volando, Turdus Merula.
NUEVA IMAGEN
Estaba ya algo cansada de la imagen de block de notas que tenía este blog. Hoy, trasteando con el nuevo diseñador de plantillas de blogger, he encontrado una cuyo fondo es pura acuarela, me ha gustado y la he aplicado.
Con esto intento animarme para escribir más a menudo.
Con esto intento animarme para escribir más a menudo.
jueves, 17 de junio de 2010
Verano 2.0
Si echo la vista atrás veo lo que han ido evolucinando mis vacaciones a lo largo de los últimos años.
Desde que tengo uso de razón recuerdo el Puerto de Mazarrón como lugar de veraneo, allí donde mis padres decidieron un día asentar el culo y comprarse un dúplex cerca de la playa de la Isla de Paco.
Desde chiquitita, era acabar el colegio y plantarnos en la playa hasta que empezaba el colegio. Recuerdo que mi padre se quedaba en el pueblo, yendo a trabajar y comía con la abuela. Venía los miércoles a comer y se iba los jueves supertemprano, volvía los viernes y ya se quedaba hasta el domingo por la tarde. Muchos nos quedamos sin ir al a feria de Murcia porque llegábamos apenas dos días antes de comenzar el colegio.
Entre los 13 y los 15 años alterné con un grupo de chicas que tenían en común conmigo cierta cercanía de residencia, pero el asunto no funcionó. Empezaba la época adolescente y el coqueteo con el alcohol, pero hubo determinadas acciones que no me gustaron un pelo y decidí pasar página con aquel grupo.
El verano de mis 16 años, una amiga de mi instituto vino a veranear al Puerto. Allí ella tenía una amiga y empezamos a salir con ella y sus amigas y se formó un gran grupo. Con ellas pasé mis mejores veranos, hasta los 22 años aproximadamente, en el que las cosas empezaron a estropearse por culpa de un chico.
Dos de mis amigas estudiaban conmigo la carrera. Una de ellas iba detrás de un chico que era muy amigo mío, de esos que te lo cuentan todo y claro, cuando por fin mi amigo se decidió a pedirle salir, ella se tomó un poco a mal que tuviera amistades femeninas y, por ende, tan cercanas a ella. El caso es que aquella relación fue hacia delante y la mía con mi amiga y su novio (amigo mío) fue hacia atrás. El batacazo definitivo (y que me hizo sentir como una puta mierda, sin tener motivo) fue su boda, a la que estuvieron invitadas todas las amigas de la playa menos yo, que ya no era bienvenida en el círculo de amistades de mi amiga playera y su marido (amigo mio).
Aquel fue el acicate que me dió la vida para saber quién es realmente tu amigo y quién no. De aquél grupo de 6 chicas hoy sólo tengo relación con 2 de ellas y con una muy especialmente. Al resto, me da igual no verlas.
Tras esa ruptura de grupo, mis veranos se centraron en descansar a tope en casa: leí más que nunca, pinté más que nunca y dejé de salir de bares por las noches. Con mis amigas "de diario" comencé a hacer algún que otro viaje (la Ruta del Quijote, por ejemplo) y decidí compartir mi tiempo con mi familia.
Pero llegó Mr. Osako, el cual me dio un punto de vista distinto: compartir vacaciones con tu pareja. Y aquí estamos. El año pasado visitamos la Comarca del Matarraña, en Teruel, altamente recomendable para aquéllos a los que le gusten los pueblecitos mediavales con cuestas p'arriba y cuestas p'abajo y rincones bellos, ríos en su nacimiento y naturaleza desbordada, además de algún que otro pueblo ibérico rescatado de las ruinas y cementerios medievales.
Y este año hemos apostado por Oeste español. Aljucén es nuestro destino, a pocos minutos de Mérida, donde esperamos poder disfrutar de todo el sabor, el color y el calor de Extremadura en Agosto. Ganas no nos faltan (algunos dineros puede que sí) y tenemos reservado un bonito apartamento en un retiro romano, con termas incluidas. Y, a la vuelta, una semanita más en la casa familiar del Puerto de Mazarrón.
Desde que tengo uso de razón recuerdo el Puerto de Mazarrón como lugar de veraneo, allí donde mis padres decidieron un día asentar el culo y comprarse un dúplex cerca de la playa de la Isla de Paco.
Desde chiquitita, era acabar el colegio y plantarnos en la playa hasta que empezaba el colegio. Recuerdo que mi padre se quedaba en el pueblo, yendo a trabajar y comía con la abuela. Venía los miércoles a comer y se iba los jueves supertemprano, volvía los viernes y ya se quedaba hasta el domingo por la tarde. Muchos nos quedamos sin ir al a feria de Murcia porque llegábamos apenas dos días antes de comenzar el colegio.
Entre los 13 y los 15 años alterné con un grupo de chicas que tenían en común conmigo cierta cercanía de residencia, pero el asunto no funcionó. Empezaba la época adolescente y el coqueteo con el alcohol, pero hubo determinadas acciones que no me gustaron un pelo y decidí pasar página con aquel grupo.
El verano de mis 16 años, una amiga de mi instituto vino a veranear al Puerto. Allí ella tenía una amiga y empezamos a salir con ella y sus amigas y se formó un gran grupo. Con ellas pasé mis mejores veranos, hasta los 22 años aproximadamente, en el que las cosas empezaron a estropearse por culpa de un chico.
Dos de mis amigas estudiaban conmigo la carrera. Una de ellas iba detrás de un chico que era muy amigo mío, de esos que te lo cuentan todo y claro, cuando por fin mi amigo se decidió a pedirle salir, ella se tomó un poco a mal que tuviera amistades femeninas y, por ende, tan cercanas a ella. El caso es que aquella relación fue hacia delante y la mía con mi amiga y su novio (amigo mío) fue hacia atrás. El batacazo definitivo (y que me hizo sentir como una puta mierda, sin tener motivo) fue su boda, a la que estuvieron invitadas todas las amigas de la playa menos yo, que ya no era bienvenida en el círculo de amistades de mi amiga playera y su marido (amigo mio).
Aquel fue el acicate que me dió la vida para saber quién es realmente tu amigo y quién no. De aquél grupo de 6 chicas hoy sólo tengo relación con 2 de ellas y con una muy especialmente. Al resto, me da igual no verlas.
Tras esa ruptura de grupo, mis veranos se centraron en descansar a tope en casa: leí más que nunca, pinté más que nunca y dejé de salir de bares por las noches. Con mis amigas "de diario" comencé a hacer algún que otro viaje (la Ruta del Quijote, por ejemplo) y decidí compartir mi tiempo con mi familia.
Pero llegó Mr. Osako, el cual me dio un punto de vista distinto: compartir vacaciones con tu pareja. Y aquí estamos. El año pasado visitamos la Comarca del Matarraña, en Teruel, altamente recomendable para aquéllos a los que le gusten los pueblecitos mediavales con cuestas p'arriba y cuestas p'abajo y rincones bellos, ríos en su nacimiento y naturaleza desbordada, además de algún que otro pueblo ibérico rescatado de las ruinas y cementerios medievales.
Y este año hemos apostado por Oeste español. Aljucén es nuestro destino, a pocos minutos de Mérida, donde esperamos poder disfrutar de todo el sabor, el color y el calor de Extremadura en Agosto. Ganas no nos faltan (algunos dineros puede que sí) y tenemos reservado un bonito apartamento en un retiro romano, con termas incluidas. Y, a la vuelta, una semanita más en la casa familiar del Puerto de Mazarrón.
martes, 8 de junio de 2010
Micropost (XXXV)
Hace dos años firmé un reconocimiento de deuda con mi ex-jefe. Me debía 5.954'35 euros por trabajos realizados y no cobrados. De esa cantidad, sólo me pagó 2.141'92 euros. Aún me debe 3.812'43 euros y creo que va siendo hora de reclamárselos.
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