A veces me gustaría formar parte de una familia de la mafia al estilo Corleone, con un Don Vitto que pusiera los puntos sobre las íes. O, de alguna manera, ser el propio Don Vitto y poder tomarme la justicia por mi mano y destrozar a los que destrozan la familia. O, incluso, poder decir: ¿vienes a mi casa a molestarme el día de la boda de mi hija?.
Todo esto viene por el hecho de que tengo varios asuntos pendientes con alguien de mi familia. Uno de esos asuntos lleva y trae cola desde el mes de Mayo. Y se estaba a punto de llegar a un acuerdo. Pero el día 24 de Diciembre, día de Nochebuena, ese alguien de mi familia me llamó y me dijo que ya había cerrado el asunto, que el día 26 quedaba con la otra parte para firmar el acuerdo. Le dije que me parecía muy mal tratar el asunto a mis espaldas si yo llevaba desde Mayo con él y peor me parecía que firmara algo sin consultarlo antes conmigo.
Al verse acorralado, pensó mejor el asunto y volvió a llamarme varias horas después para pedirme que le redactara el dichoso acuerdo. Le dije si era consciente del día en que estábamos. Me dijo que sí, pero que se lo hiciera, por favor. Le contesté que de ser él un cliente normal, se aguantaría hasta el lunes, que me estaba jodiendo el día de Nochebuena y el tiempo que estaba pasando con mis padres, pero que se lo haría.
Y allí me tenéis, en uno de los pocos días del año que, realmente me tomo libre, trabajando a las 6 de la tarde.
Y es que hay familias que no respetan nada, ni lo más sagrado.
Don Vitto Corleone no lo hubiera permitido.
Todo esto viene por el hecho de que tengo varios asuntos pendientes con alguien de mi familia. Uno de esos asuntos lleva y trae cola desde el mes de Mayo. Y se estaba a punto de llegar a un acuerdo. Pero el día 24 de Diciembre, día de Nochebuena, ese alguien de mi familia me llamó y me dijo que ya había cerrado el asunto, que el día 26 quedaba con la otra parte para firmar el acuerdo. Le dije que me parecía muy mal tratar el asunto a mis espaldas si yo llevaba desde Mayo con él y peor me parecía que firmara algo sin consultarlo antes conmigo.
Al verse acorralado, pensó mejor el asunto y volvió a llamarme varias horas después para pedirme que le redactara el dichoso acuerdo. Le dije si era consciente del día en que estábamos. Me dijo que sí, pero que se lo hiciera, por favor. Le contesté que de ser él un cliente normal, se aguantaría hasta el lunes, que me estaba jodiendo el día de Nochebuena y el tiempo que estaba pasando con mis padres, pero que se lo haría.
Y allí me tenéis, en uno de los pocos días del año que, realmente me tomo libre, trabajando a las 6 de la tarde.
Y es que hay familias que no respetan nada, ni lo más sagrado.
Don Vitto Corleone no lo hubiera permitido.