lunes, 22 de noviembre de 2010

Por sólo 1 euro



Te acercas a una farmacia y pides una caja de "pastillas contra el dolor ajeno". Una campaña de Médicos Sin Fronteras para que se dote de medicamentos a poblaciones y países del llamado Tercer Mundo. Sin afiliarse a ninguna ONG ni nada.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Se van

Se van marchando los buenos.

Primero fue La Nena.

Luego, el Dr. Shepperdsen.

El Niño del Sur en Ciudad del Norte también se fue.

Ahora cierra el Sr. Skyzos.

Otros, como la Sra. Amparo, Mr. Celofán o el Dr. Deferiensia tienen el Síndrome del Guadiana, van y vienen.

Y yo (que no digo que sea buena), tengo este blog más olvidado que nada. Si el vídeo mató a la estrella de radio, puedo decir y digo que el puto FB está matando mi blog. Bueno, eso y la vida diaria y rutinaria y amorosa que llevo.

¿Será verdad que cuando no tenía pareja tenía más chispa? ¿Que cuando no tenía planes un fin de semana me devanaba más los sesos para tener al menos que leer los comentarios de la gente?

Una lanza debo romper a favor de los blogs. Gracias a ellos he conocido a gente muy interesante. Al Sr. Skyzos lo conozco fuera de éste ámbito, pero me he reído mucho con sus post. Las aventuras lisboetas del Dr. Shepperdsen eran una manera de estar cerca de él a pesar de la distancia (y aún me arrepiento de no haber ahorrado nunca lo suficiente para ir a verlo en 2 años). Con el Niño del Sur era partirse la caja leyendo sus andanzas de laboratorio y sus extraños compañeros. Gracias a la Nena visité el chino más famoso de Madrid y tuve alojamiento gratis una noche. Mr. Celofán y J-Vol visitaron Murciay junto con la Sra. Amparo, Sr. Skyzos y yo nos reímos un montón. Dr. Deferiensia me abrió su casa y pasé un fin de semana inolvidable junto con su familia. Planeta Murciano me invitó a una fiesta y repetí otro año y conocí a Mr. Burns y a Coxis. Y, por supuesto, no podía olvidarme del Sr. Escriba, que aunque no tiene blog, ha sido asiduo comentarista de todos nosotros.

Gracias a los blogs en menos de un año hemos tenido tres encuentros, tres Cumbres del Sureste Español, en el eje Alicante-Murcia-Almería y nos hemos reído como descosidos.

Gracias a los blogs he hablado de temas profesionales con, al menos, tres bloggers que preguntaron sobre mi parecer.

Puedo decir que mi círculo de amigos se ha ampliado (hasta puntos insospechados).

Gracias a todos ellos por dejarme compartir un trocito de vuestras vidas.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Homenaje a Miguel Hernández

Siguiendo una idea de Lespoinçonneurdeslilas, homenajeo a Miguel Hernández, grandísimo poeta, con uno de los mejores poemas que se han escrito jamás en la Literatura española: Las nanas de la cebolla (se acompaña cantada por Joan Manuel Serrat).



NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma al oírte,
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño.
Nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
Ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne parece
cielo cernido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho.
Él, triste de cebolla.
Tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.

Miguel Hernández, 1939